El malestar está presente en mayor o menor grado en la vida de todas las personas. 

No obstante, si sentimos que nuestro malestar es más frecuente y/o intenso de lo que nos gustaría, que no somos capaces de gestionarlo y limita nuestra vida es muy probable que nos podamos beneficiar de la ayuda de un/una profesional de la psicología. 

La duración de los procesos terapéuticos es variable. En función de la cantidad de dificultades y la gravedad de cada una de ellas, y de los objetivos que desee alcanzar la persona que acude a consulta la terapia tendrá una duración mayor o menor. 

Este factor también es variable. La frecuencia semanal es aconsejable durante el primer mes de la intervención (para facilitar que se genere un buen vínculo de trabajo terapéutico) y en casos en los que la persona está muy desbordada por su malestar. 

Conforme la terapia avanza y la persona gana capacidad de gestión interna las sesiones se van espaciando. 

La psicoterapia es un proceso: los resultados positivos no suelen ser inmediatos, aunque es cierto que en algunos casos la persona experimenta una notoria mejoría en pocas sesiones. 

No obstante, en el ámbito de la salud mental la psicoterapia ha demostrado ser el tratamiento más eficaz a largo plazo, consiguiendo unos resultados más duraderos y con menos efectos secundarios respecto a otro tipo de intervenciones.